mayo 5, 2024

El siluro europeo (Silurus glanis), o simplemente siluro, es una especie de pez de agua dulce de la familia Siluridae, originario de los grandes ríos de Europa Central.

Se ha extendido artificialmente fuera del área de distribución natural, llegando a países como EspañaItalia y Kazajistán. En los países del Benelux y en Francia fue reintroducida con éxito, incluso en áreas donde no se puede demostrar arqueológicamente. En el sur de la isla de Gran Bretaña, el siluro fue introducido en 1880 en los lagos y grandes ríos, sin embargo, apenas pudo extenderse probablemente debido a las condiciones climáticas. En el sur de FinlandiaDinamarca posiblemente fueron eliminados de nuevo. En algunas regiones donde el siluro no se mencionó al principio, es ahora considerado como una plaga, ya que pone en peligro las poblaciones de peces nativos.

La especie, por lo general, no se considera amenazada. En el noroeste de la cordillera de los Alpes escandinavos, especialmente en el sur de Suecia, debido a las desfavorables condiciones climáticas y al deterioro del hábitat el número de siluros se ha reducido hasta casi desaparecer. En Grecia, se tiene constancia que hubo en otros tiempos.

Su presencia en España, concretamente en el Ebro se fija en 1974 en Mequinenza (Aragón). Está documentado que el entonces joven de nacionalidad alemana Roland Lorkowsky, pescador e ictiólogo, cruzó los Pirineos con 32 alevines de Silurus glanis procedentes del río Danubio, declarados como cebo vivo. Su intención era liberarlos en la desembocadura del río Segre en Mequinenza para introducir una especie en un embalse reciente construido en 1964. Del mismo modo en 1995, se completó la introducción por parte de otra suelta de unos 200 pequeños siluros procedentes del río Po de manos de Oliver Portrat.

Ambos ictiólogos habían calculado que el espacio sería el adecuado para que la especie se asentase y fomentar de este modo el equilibrio ecológico. Los dos principales depredadores en aquellas fechas en el Ebro, el lucio y el black-bass, iban a tener una merma considerable en pocos años debido a los embalses y en consecuencia ello fomentaría la proliferación indiscriminada de las carpas suponiendo una todavía más grave alteración del hábitat.

Lorkowski, que frecuentemente visitaba la zona, explicaba que ese “monstruo” no era tal, que se trataba del siluro que normalmente se pesca en el Danubio y otros muchos ríos de toda Europa. Desde entonces, Mequinenza se ha convertido en una capital económica y turística que mueve anualmente mucho dinero y ofrece la posibilidad de capturar unos animales que superan dos o tres veces en peso a los humanos. El Silurus glanis no supone un riesgo su captura, más allá de la propia resistencia de su peso, ya que incluso se puede coger por la boca para sacarlo del agua.

La pesca del siluro es muy popular y a menudo espectacular. Dada su actividad nocturna, la pesca da resultados notables entre las 20.00 y las 24.00 horas y entre las 03.00 y las 06.00 horas. Conocido como el ‘basurero’ de los pantanos, el siluro es fácilmente atraído por la carne alterada, el hígado de cerdo y los intestinos de las aves, que son los más utilizados como cebo.

El anzuelo utilizado (simple o triple) debe ser grande y fuerte, en consonancia con la propia boca del pez. El siluro es atraído también por los tonos bajos. Los pescadores del Danubio usan una herramienta de madera, conocida como clonk, golpeando en el agua, produciendo un sonido similar al de un pequeño pez saltando sobre el agua, una rana o algún tipo de ave.

También se usan ondas de baja frecuencia, de baja intensidad, ya que tienen la propiedad de propagarse a través de largas distancias, obteniéndose resultados notables en tentar el siluro. El altavoz que se utiliza en este sistema debe poseer un diámetro pequeño, pero que pueda generar sonidos de baja frecuencia, y debe estar conectado a un generador electrónico de baja frecuencia.

El hilo utilizado para la captura del siluro debe ser muy resistente. Para los grandes especímenes se utiliza hilo trenzado de 0,4-0,6 mm o más; la caña debe ser resistente (de acción 100-300 g) y preferiblemente de dos tramos, y el carrete debe ser del tipo ‘masivo’, y muy robusto. Suelen usarse hilos trenzados con alta resistencia ya que los siluros poseen una dentadura en la que sus dientes están dirigidos hacia dentro y son tan pequeños que en vez de cortar, desgarran. Un hilo monofilamento, por mucha resistencia y anchura, le duraría muy poco en la boca, aunque si la captura no es demasiado grande, se saca sin problemas. Otra forma más económica, ya que el hilo trenzado es bastante más caro que el típico de nilón, es colocarle unos 40 cm de hilo de acero en el extremo. No hace falta preocuparse por el brillo o la opacidad del hilo de acero ya que el siluro prácticamente no ve, sino que se guía por sus barbas que captan todas las vibraciones. Por ello, hay veces que se encuentran hasta latas en el interior de los grandes ejemplares.

2 pensamientos sobre “El Siluro (Silurus Glanis)

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